lunes, 1 de junio de 2009

Sensualidad

Aunque parezca increible, esta palabra no forma parte del repertorio de algunos muy respetados diccionarios y referencias enciclopédicas, incluso en Internet.

Iniciaré el tema pues con una definición bastante fría por cierto, del Diccionario de la Lengua Española:

sensualidad.

(Del lat. sensualĭtas, -ātis).

1. f. Cualidad de sensual.

2. f. Propensión excesiva a los placeres de los sentidos.


Y dentro de la definición de sensual, en el mismo diccionario:

sensual.

(Del lat. sensuālis).

1. adj. Perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos.

2. adj. Se dice de los gustos y deleites de los sentidos, de las cosas que los incitan o satisfacen y de las personas aficionadas a ellos.

3. adj. Perteneciente o relativo al deseo sexual.


Aunque nos da una idea algo vaga de lo que la sensualidad representa, podemos nosotros iniciar diciendo que sensual es aquella persona, objeto, acción o escena que nos hace relación o nos despierta el deseo sexual.

Al mencionar aquí deseo sexual me refiero mas a la práctica de el sexo con fines principalmente hedonistas, mas que por mera necesidad reproductiva.

Aclarado lo anterior, me encantaría pues hacer ciertas analogías para dar a entender aún mas qué es la sensualidad.

Quien no recuerda en los ya lejanos años cincuenta y sesenta, aquellas voluptuosas divas que el cine italiano nos obsequió al mundo. Creo que mas que divas eran Diosas. Mujeres de la talla de Sofía Loren, Luigina Lollobrigida o la francesa Brillite Bardot. Mujeres que mas que poseer unas opulentas medidas (mas allá incluso que el "ideal" 90-60-90), eran dueñas de eso que algunos "sofisticados" denominaban como "sex appeal" que no es otra cosa que sensualidad.

Cierto es que para el homo-sapiens-andros, es importantísimo el contar con el aliciente visual de carnes bien firmes, colocadas pródigamente en lugares estratégicos de la anatomía femenina, pero como vimos posteriormente con tristes ejemplos de pseudo divas, las medidas no son sensualidad y la sensualidad no es medidas.

Hoy para tratar de explicar lo que de la biología humana no nos ha sido posible dominar, decimos simplemente que se trata de "algo genético" y espontáneo. No lo pongo en duda. La sensualidad tiene que ver en un 30% con la genética, pero la sensualidad en un 70% es actitud.

Actitud que va desde el cómo mirar, como sentarse, como estar de pié, como caminar, como hacer esos delicados movimientos con la cabeza al asentir o negar.

Dicha actitud obviamente no se queda en lo anterior, sino que también abarca el cómo actuar ante ciertas personas y en ciertas situaciones.

Ahora bien, ¿La sensualidad es algo que se pueda aprender o enseñar? La respuesta a esta pregunta no es única y creo que existen tantas respuestas como personas que ya se la han planteado en algún momento.

Hablando en términos llanos, la sensualidad como ya lo mencionamos es espontánea y es un todo que ya se trae al nacer, como sucede con las habilidades inatas. También como cualquiera de éstas es posible pulirla hasta llegar a una cuasi perfección como una piedra preciosa.

Hoy podemos ver como es tan malentendida la sensualidad por parte de los mercaderes de los medios, que con el solo hecho de reensamblar jovencitas en sus "women repair shops", dándoles sendos implantes y recortando ciertos razgos faciales y corporales "non gratos", las ofrecen como se ofrece cualquier producto.

Como todo producto, estas pobres ilusas (e ilusos también por qué no) simplemente dejan de ser objeto de deseo o máquinas de "rating", convirtiéndose entonces en una masa de injertos y piel recortada que mas que ser agradable a la vista, terminan en el anonimato por "motus propio" tras el repudio del respetable.

¿Dónde es posible el encontrar sensualidad realmente espontánea? En la calle, en los sitios de trabajo, en algunas y muy contadas "estrellitas" de la pantalla grande y la pantalla "chica", pero también en esos sitios "non santos", en donde podemos admirar verdadera sensualidad que emana de mujeres que sin acceder a los "milagros" de la cirugía, rebosan de esa deseada sensualidad y nos invitan a experimentar el placer más puro: El enorme placer de la sensualidad en si misma.